Para viajar con niños en un automóvil hay que considerar también los posibles riesgos a los que están expuestos. La solución a esta inquietud se encuentra en las sillas infantiles para coche, pero ¿cómo se deben utilizar? La mejor manera de garantizar la seguridad infantil depende de distintos factores, desde la edad del niño hasta las instrucciones del fabricante de la silla.
¿De qué modo colocar las sillas de retención infantil?
Como bien sabemos la silla debe colocarse en los asientos traseros pero ¿en qué ocasiones se deben posicionar en el sentido contrario de la marcha? Hay estudios que revelan que llevar a niños de hasta dos años en dirección contraria a la marcha disminuye hasta cinco veces las probabilidades de que sufran lesiones graves. Esto se debe a su frágil fisionomía: a edades tempranas el cuello todavía es muy endeble y la cabeza demasiado pesada.
Cuando sucede un impacto y la silla está colocada en el sentido de la marcha, el niño se desplaza hacia delante y, aunque el arnés de la silla evita que salga despedido, el cuello y la columna vertebral quedan expuestos a tensiones muy altas.
Cuando se viaja con la silla en dirección opuesta a la marcha, es el respaldo y no el arnés el que absorbe el impacto. En este caso, la tensión del choque no se focaliza en un único lugar, sino que se distribuye a lo largo de la columna vertebral disminuyendo la posibilidad de sufrir lesiones tanto en cuello como en órganos internos.
Sin embargo, una vez los niños alcanzan cierta edad o estatura, se hace inviable colocarlas de esa manera, ya que los asientos del coche no están diseñados para dar la espalda al conductor. En cualquier caso, es aconsejable llevar la silla en dirección opuesta a la marcha durante el mayor tiempo que sea posible y cambiarla según vayan creciendo los niños.
