Con lo que respecta a la seguridad de los niños en el vehículo nuestra atención debe ser máxima y debe ser la prioridad número uno cuando viajamos, sea para trayectos cortos o largos. La primera causa de mortalidad infantil en los países desarrollados son los accidentes de tráfico, y no importa que sólo vayamos a circular un par de manzanas, un accidente puede ocurrir igual en un trayecto así, que en un viaje de dos horas.
Es por esto, que con la nueva normativa de circulación, los niños menores con altura igual o inferior a 1,35 metros, sólo podrán viajar en los asientos traseros del vehículo y deberán utilizar sistemas de retención infantil homologados debidamente adaptados a su talla y peso. Hay tres excepciones a esta regla:
- Que el vehículo sea biplaza y no disponga de asientos traseros.
- Que todos los asientos traseros estén ya ocupados por otros sistemas de sujeción infantil en uso por otros menores que los necesiten.
- Cuando no sea posible instalar en dichos asientos todos los sistemas de retención infantil.
El uso de la sillita infantil en el coche es obligatoria hasta que el niño mide más de 1,35 metros, que suele corresponder con unos 12 años. Luego, los responsables del menor podrán elegir seguir utilizando un sistema de retención o confiar en el cinturón de seguridad para proteger al menor en caso de accidente.
En cuanto a los bebés, éstos deben ir siempre en sillitas del grupo 0 o 0+, en el sentido contrario a la marcha y siempre en los asientos traseros, a no ser que éstos ya estén ocupados por otros sistemas de sujeción infantil en uso, que el coche sea biplaza o que no sea posible su instalación. Si se diera alguna de estas tres causas y el bebé viaje en el asiento del copiloto, es absolutamente fundamental desactivar el sistema de Airbag del vehículo.
Si no hacemos caso a la nueva normativa de circulación y llevamos a los niños en los asientos no permitidos o sin los anclajes necesarios nos puede costar una multa de 200 euros y 3 puntos del carnet, pero lo más importante es que puede costarle la vida a un niño, o graves lesiones causadas por un accidente.
