Llevar una velocidad inadecuada o excesiva conlleva más peligros de los que imaginamos. Además de poner en peligro nuestra vida y la del resto de usuarios de la vía podemos caer en el efecto túnel. Te contamos qué es.
Al conducir, aquellos que van al volante tienen que poner toda su atención. Las distracciones o las situaciones inesperadas suponen un riesgo que nunca se debe correr. El exceso de velocidad supera estos límites. El conductor tiene que visualizar a la perfección las carreteras para poder sobreponerse a cualquier contratiempo, pero si circulamos demasiado rápido, nuestro campo de visión se limita. Esto es el conocido efecto túnel. Así lo explica la Dirección General de Tráfico en sus redes sociales. Ver tweet.
¿Qué es el efecto túnel?
Cuanto más alta es la velocidad, menos percibe el conductor lo que hay a su alrededor. De manera que nuestro campo visual va disminuyendo en forma de túnel. Tal y como muestra la infografía de la DGT. Por ejemplo, a 100 km/h el ángulo es de 42º, a más velocidad, la cifra disminuye centrándose la vista tan solo en el centro de la vía y quedando totalmente difusos los bordes.
¿Cómo podemos evitarlo?
Lo mejor es que es posible evitarlo completamente. Moderar la velocidad es la clave. Para ello, se han de respetar las señales de tráfico que están pensadas justo para evitar este tipo de situaciones además de descongestionar las vías. De todas formas, aunque no haya ninguna señal, siempre que el conductor no se sienta cómodo con la velocidad podrá reducirla tratando de no alterar al resto de usuarios o incluso descansando un rato para retomar energías.
