Los coches eléctricos, al igual que aquellos que funcionan con motor de combustión, necesitan un mantenimiento concreto para, además de evitar posibles percances en carretera, pasemos lo menos posible por el mecánico. De esta forma, a la larga, ahorraremos en aspectos que, si no se revisan, pueden llegar a salir muy caros. Las averías más frecuentes por falta de revisiones son pinchazos en los neumáticos, problemas con los frenos o mala lubricación.
Tanto en el caso de los coches convencionales como los eléctricos, hemos de poner especial atención en los amortiguadores, las escobillas, los filtros, los neumáticos y los frenos… Pero ¿se han de tener en cuenta otro tipo de aspectos en el caso de aquellos que funcionan con energías renovables? La respuesta es sí.
Qué piezas se deben revisar en los coches eléctricos
La lubricación es uno de los aspectos a revisar de cualquier automóvil. En el caso de los coches eléctricos, no se emplea ningún tipo de lubricante en su motor, pero sí se han de renovar el resto de los líquidos que posee.
Líquidos que contiene un coche eléctrico:
- Aceites de transmisión: los coches eléctricos poseen habitualmente entre uno y dos litros y, a pesar de que no sea necesario cambiarlo a lo largo de toda la vida útil del vehículo, si es recomendable revisarlo.
- Líquido de frenos: este líquido se cambiará según estipule en su programa de mantenimiento.
- Líquido limpiaparabrisas: como en cualquier vehículo, el líquido limpiaparabrisas se deberá rellenar cuando se requiera.
En este sentido, también será todos los elementos del sistema eléctrico, como los cables o la batería, ya que pueden sufrir algún tipo de desgaste por su uso.
