Superar la ITV es un requisito imprescindible, pero este hecho no garantiza la seguridad del coche, ya que en algunas ocasiones pasan largos periodos de tiempo hasta la siguiente revisión. Durante estos periodos, tu vehículo puede sufrir cambios que pongan en peligro tu conducción, por eso es bueno realizar revisiones periódicas entre las correspondientes ITVs.
Los neumáticos por su parte, figuran entre los elementos del vehículo a los que se debe prestar mayor atención, ya que muchas veces presentan deficiencias que no detectamos a simple vista y pueden pasarnos desapercibidas.
Su puesta a punto y la presión de las ruedas son determinantes para conducir seguros, puesto que son el punto de contacto permanente entre el coche y el suelo. Antes de salir de vacaciones, realizar un viaje largo y, de cualquier forma, de manera periódica (cada 3 meses a ser posible) es fundamental revisar su estado.
Unos neumáticos que no presenten un estado totalmente óptimo corren el riesgo de sufrir un pinchazo o un reventón, así como de perder agarre sobre el asfalto, sufrir aquaplaning o reducir la rapidez de la frenada incide directamente en un peligro real de accidente.
Esta revisión es, en realidad, un proceso más sencillo de lo que puede parecer. Cualquier conductor puede aprender a hacerlo fácilmente, en poco tiempo, si pone interés en ello. Ni siquiera es preciso llevar el vehículo al taller, pues se puede realizar en casa o en cualquier gasolinera.
Aspectos a considerar en una revisión de las ruedas
3 son los aspectos clave en la puesta a punto de las ruedas de un automóvil:
1. Banda de rodadura
Se trata de la superficie plana que contacta con la vía. El objetivo es identificar que no existen en ella ningún tipo de irregularidades, como muescas, grietas o abrasiones. Si es así, es preciso cambiar el neumático para evitar el riesgo de reventones y pinchazos.
2. Profundidad del relieve
La ley obliga a contar con 1,6 mm de profundidad mínima en el dibujo de los neumáticos. Por tanto, es preferible no apurar y sustituirlos antes de este límite, porque cuanto más desgastados están, mayores son la distancia de frenado necesarias y el riesgo de sufrir aquaplaning.
3. Presión de las ruedas
Es fundamental para la seguridad al conducir que dicha presión coincida con las referencias definidas por el fabricante. Este medidor es un manómetro que puedes comprar o dirigirte a la estación de servicio más cerca de casa.
En conclusión, el estado de tus ruedas debe ser revisado de forma periódica con tal de detectar posibles fallos que no se ven a simple vista y de esta forma, solucionarlos para evitar imprevistos o en el peor de los casos accidentes.