Conocida también como fiebre de la línea blanca, la hipnosis de la carretera se produce cuando un conductor conduce de forma autómata, es decir, cuando se encuentra en estado de trance y realiza los movimientos con total naturalidad, pero sin ser plenamente consciente de ello.
Este fenómeno es más común de lo que parece y les sucede a muchos conductores. Sin embargo, que sea frecuente no quiere decir que no sea peligroso. Y es que afecta directamente a la capacidad de reacción, haciendo que se actúe de una forma tardía. Esta “hipnosis”, de hecho, hace que la actividad cerebral sea mucho más lenta y la comunicación entre las diferentes partes de este disminuya notablemente. Y la cosa no acaba aquí, porque tras este hipnotismo resulta imposible recordar lo que acaba de suceder, es decir, se pierde la conciencia de estar en la carretera.
¿Qué favorece que aparezca esta “hipnosis”?
La hipnosis de la carretera puede producirse por diversos motivos:
- - Cuando el trayecto es sumamente monótono y está compuesto, por ejemplo, de largas rectas y trazos muy suaves. También puede pasar cuando los paisajes son uniformes.
- - Cuando circulamos por recorridos habituales.
- - Cuando conducimos de noche, ya que debido a la falta de visibilidad durante la conducción se suele fijar la vista en las líneas blancas y eso que hace que podamos caer con más facilidad en este estado de trance.
- - Cuando estamos fatigados. En otros artículos ya hemos hablado de la conducción nocturna y consejos para sobrellevarla.
- - Cuando conducimos solos, ya que nos podemos distraer con más facilidad y dejar la mente volar.
¿Cómo evitar la “hipnosis de carretera”?
Para evitar la hipnosis de carretera recomendamos que no fijes la vista en un único punto; en su lugar, es aconsejable alternar el punto donde fijas la vista y mirar también a tu alrededor. Es muy importante que te mantengas hidratado, ya que beber agua es fundamental para prevenir la fatiga. En este sentido, no trates de hacer un viaje largo del tirón. Es más adecuado hacer una parada cada dos horas para descansar y reponer fuerzas. Y algo que también ayudará a prevenir esta situación es ser consciente del entorno, es decir, fijarse en los detalles de la vía, pero sin que lleguen a ser una distracción, algo que te hará saber que estás lúcido.
