La vista juega un papel fundamental a la hora de conducir. Es más: se puede decir que es el sentido más importante para la conducción, puesto que la mayoría de la información que recibimos procede de este sentido. De ahí la importancia, precisamente, de revisar nuestra vista cada cierto tiempo.
Y es que, según varios estudios en España, al menos un 80% de la población tiene problemas visuales. Algunos de los más comunes son la miopía, es decir, la dificultad de ver lo lejano. La presbicia, por otro lado, es una anomalía que consiste en lo contrario, ya que engloba los problemas para ver con claridad lo próximo. A ello hay que sumar la hipermetropía y astigmatismo, que hacen que veamos deformado o borroso.
Estas dolencias afectan directamente a la conducción, ya que perjudican la captación de la información que nos rodea, algo que puede influir de forma negativa en la seguridad vial. Parece obvio, pero no está de más recordarlo: durante la conducción es importantísimo observar el entorno para poder reaccionar con tiempo. Además, hay que saber adaptarse a las diferentes condiciones atmosféricas.
Cuando vayamos a sacarnos un permiso de conducir o lo vayamos a renovar es obligatorio pasar un reconocimiento médico en un centro homologado por la DGT. En él se realizan varias pruebas, algunas de las cuales determinarán si es necesario que lleves gafas para conducir o no. Si es así, y el examinador concluye que debes conducir con gafas, tendrás que llevarlas siempre que te pongas al volante, ya que esta condición constará en tu permiso. Si no lo haces, te penalizarán con una multa de 200 euros sin pérdida de puntos. Pero ¿qué pasa si cuando te examinaste no necesitaba gafas, pero con el paso de los años sí? Deberás llevarlas igualmente para conducir para, así, asegurarte de tener una mejor visión durante la conducción. Relacionado con esto último: si notas que estás perdiendo visión, no dudes en acudir a un especialista para que te haga una revisión.
Llevar unas gafas de repuesto en el coche era algo obligatorio antes y, aunque ahora ya no lo sea, desde Escuela de Conductores te aconsejamos que las lleves por si algún día se te olvidan o se te rompen. Por último, pero no menos importante, la vista y la carretera no solo se relacionan cuando hablamos de problemas de visión. Debes ser consciente de que, además, la vista se fatiga después de mucho esfuerzo, por lo que es recomendable hacer paradas y descansar (especialmente en trayectos largos). Ya sabes: no esperes a que la vista te juegue una mala pasada y sé responsable.