Hasta ahora, el precio de las baterías había sido uno de los principales hándicaps a la hora de hacerse con un coche eléctrico. Sin embargo, en 2020 el precio de las baterías para coches eléctricos bajó por primera vez de los 100 dólares el kilovatio-hora (kWh). La bajada de los precios de las baterías, junto con las líneas de producción especializadas, según el informe, resultaría esencial para la reducción de costes y para lograr que la mayoría de consumidores se pasaran, de forma generalizada, al vehículo eléctrico.
De hecho, y según las previsiones de BloombergNEF, a partir de 2026 será igual de barato producir sedanes (segmentos C y D) y vehículos SUV eléctricos que sus equivalentes de gasolina. En el segmento de coches medianos, el consumidor pagaría entre 15.000 y 20.000 euros antes de impuestos y lo haría tanto por un coche de gasolina como por uno eléctrico. Se prevé que las furgonetas pesadas y los coches pequeños también alcancen la paridad de precios a lo largo de 2026.
En cualquier caso, para la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente lograr estos fines solo pasará si se endurecen los objetivos de CO2 para fabricantes de vehículos a lo largo de la década del 2020. De hecho, desde este lobby de presión ecologista también se ha impulsado la petición dirigida a la Comisión Europea de prohibir la venta de nuevos vehículos de gasolina para el 2035, incluyendo los híbridos. Una petición a la que se han sumado, entre otras compañías, Volvo, Uber, Ikea, Iberdrola o Coca-Cola.