Conducir con resaca aunque no lo parezca, puede ser un acto peligroso que altere la seguridad en las carreteras. A continuación se responderán a algunas cuestiones relacionadas con ello.
Conducir con resaca y sus peligros
Después de haber bebido una cantidad excesiva de alcohol, el organismo procede a realizar la detoxificación de este compuesto en sangre. Por supuesto, la deshidratación es uno de los signos clave en la resaca, igual que la pérdida de electrolitos. Es en dicha situación cuando aparece un malestar general, mayormente al día siguiente tras la ingesta de alcohol, que incluye síntomas como dolores de cabeza, debilidad muscular, falta de concentración e incluso mareos. Aunque en el organismo ya no existan niveles de alcohol, la persona no se encuentra en plenas facultades para conducir un vehículo.
Lo normal es que los reflejos y falta de concentración de las personas con resaca se reducen hasta en un 20 % en comparación con un conductor sin resaca. La falta de sueño y los bajos niveles de azúcar en sangre también son responsables de esta situación.
¿La DGT pone multas o procede a retirada de puntos por conducir con resaca?
La DGT no multa por conducir con resaca, pero recomienda no hacerlo porque pone en peligro a los demás.
Recordemos que la conducción y el alcohol no son compatibles. Lo normal es que los conductores no sobrepasen una tasa de 0,5 gramos por litro (en conductores noveles esta cifra disminuye a 0,3 gramos por litro). Si sobrepasa 1 gramo por litro, la multa es de 500 € y retirada de puntos (hasta 4). Si sobrepasa 1,2 gramos por litro, la multa es de 1000 € con retirada de 6 puntos. Y si supera 1,2 gramos por litro puede castigarse con pena de prisión.
En conclusión conducir con resaca no está recomendado y si lo haces corres más el riesgo de sufrir o provocar un accidente.