Conducir durante el embarazo está totalmente permitido y no es objeto de sanción. De hecho, dentro del Reglamento General de Circulación no hay ninguna norma que lo impida ni lo restrinja en ningún sentido. Sin embargo, la DGT, entre sus recomendaciones de seguridad vial, hace una serie de consideraciones al respecto.
Conducir durante el embarazo de forma segura
Lo primero que se ha de tener en cuenta sobre el embarazo y la conducción es la forma en la que se coloca el cinturón de seguridad. En este sentido, la banda inferior debe queda por debajo del abdomen y ajustarse, en la medida de lo posible, a las caderas.
Por su parte, la banda diagonal ha de situarse entre los pechos, sobre el hombro y sin rozar el cuello. A su vez, debe rodear el abdomen sin generar incomodidad y colocarse sobre la pelvis. También resulta fundamental que no quede holgado.
Hoy en día, en el mercado se pueden encontrar adaptadores especiales para el cinturón de seguridad muy útiles para mujeres embarazadas y su uso es completamente legal. Se trata de unas cintas que se colocan por debajo del abdomen y que se sujetan a las bandas del cinturón para ofrecer mayor seguridad.
Otras consideraciones sobre embarazo y conducción
No hay un momento específico en el que una mujer deba dejar de conducir por culpa de su embarazo.
Eso sí, la DGT recomienda encarecidamente que no se conduzca cuando se empiezan a experimentar contracciones para el parto. En ese tipo de casos, es preferible llamar a un taxi o pedir que sea un familiar el que conduzca.
Así mismo, nunca hay que desactivar el airbag delantero. Es suficiente con ajustar el asiento un poco hacia atrás. Por lo demás, conducir durante el embarazo no conlleva ninguna otra recomendación ni riesgo que no esté presente para el resto de conductores.