En las autoescuelas, tanto durante la preparación del examen teórico como del práctico, se hace bastante hincapié en la postura correcta para conducir. Sin embargo, después de obtener el permiso de circulación, muchos conductores adquieren vicios que pueden ir en contra de su seguridad. Uno de los más habituales es conducir cerca al volante.
Conducir cerca del volante no es seguro
Muchas personas adquieren la costumbre de conducir con el asiento demasiada cerca del volante porque así tienen la sensación de estar más seguros. Sin embargo, esta posición genera incomodidad, ya que las piernas se agarrotan al estar muy flexionadas.
Además, la movilidad de los brazos se ve reducida, lo que resulta contraproducente a la hora de realizar maniobras. Esto puede traducirse en la imposibilidad de reaccionar de forma adecuada a un imprevisto sobre la carretera y en un accidente.
La postura correcta para conducir
Para garantizar una conducción segura, la DGT establece una serie de pautas respecto a la distancia entre el asiento y el volante y la posición que el conductor debe mantener sobre la marcha. Son estas:
1. Al pisar el pedal de embrague, la pierna izquierda debe quedar extendida a un 90% de su capacidad, aproximadamente.
2. Los brazos deben sujetar el volante formando un ángulo de 45 grados.
3. Las dos manos han de estar sobre el volante. Imaginando que este instrumento es un reloj, entre ambas deberían marcar las 9:15 o las 10:10.
Adoptar una postura correcta para conducir es tan relevante en términos de seguridad vial que, en estos momentos, se multa a los conductores que no cumplen con ella. De hecho, la DGT contempla la imposición de sanciones de hasta 80 € para aquellos que no mantengan las dos manos sobre el volante para reaccionar eficazmente ante un peligro. Una medida para recordar los buenos hábitos sobre la carretera.