Queda mucho verano y los amantes de la caravana pueden planificar un viaje barato de última hora, sin necesidad de contratar hoteles porque con estas temperaturas es factible dormir en plena naturaleza. En una escapada inolvidable de fin de semana o, a lo sumo, de cuatro días.
1. Costa Brava
Ir desde Blanes a Portbou supone una impagable cura antiestrés, un recorrido recomendable cuando se viaja con niños o cuando se protagoniza una romántica salida.
Impresionan sus parques naturales de Cap de Creus o Els Aiguamolls de l'Empordà. También las calas Margarida en Palamós o Cullaró en Cadaqués.
2. Sevilla y Costa de la Luz
Pese al calor, apetece dedicar unas horas a la capital andaluza para disfrutar del Parque de María Luisa, la Plaza de España, la Catedral, la Torre del Oro, la Giralda o el barrio de Santa Cruz.
Luego se pone rumbo a Huelva por la A-92 para degustar de las tapas de chocos, coquinas o gambas. Y de las playas de Punta Umbría o El Portil.
3. Del Puente Colgante a Laredo
A 14 kilómetros de Bilbao en dirección Santander está Portugalete, un pueblo presidido por la majestuosidad de la ría, el Puente Colgante, su casco histórico y calidad de sus pintxos.
Después de comer se retoma la A-68 para poner rumbo a las cercanas playas cántabras de Castro Urdiales, Laredo o Noja.
4. Burgos
Calor por el día y fresquito por la noche en una ciudad presidida por la Catedral, el Museo de la Evolución, el Monasterio de las Huelgas y las míticas excavaciones de la cercana Atapuerca. Y por el sabor de la morcilla de arroz. Dispone de cámping en su pulmón verde de Fuentes Blancas.
5. Rías Baixas
En Pontevedra. Ofrece un marisco sin igual. Las rías y las Islas Cíes son un homenaje al viajero difícil de olvidar. Lo mismo sucede con las dunas de Corrubedo o el conjunto histórico de Combarro.