No tengas ninguna duda: durante el embarazo, también conviene que lleves el cinturón de seguridad. Hazlo por tu futuro bebé y por ti. Eso sí, ten en cuenta que resulta imprescindible aprender a ponértelo bien.
En el proceso de gestación hay dos momentos que requieren un especial cuidado: los tres primeros meses y el último trimestre.
Las complicaciones pueden presentarse entre los meses primero y tercero, por tratarse de un periodo en el que escasea el líquido amniótico y un golpe frontal entraña una importante dosis de riesgo. La placenta puede desplazarse, producir hemorragias en el útero e impedir la llegada de suficiente oxígeno al feto.
En el tramo final de la gestación has de tener un especial cuidado, pues el abdomen está muy abultado y el cinturón no ayuda a que la embarazada vaya especialmente cómoda.
Además, un frenazo brusco puede provocar que el parto se adelante e incluso un traumatismo en el feto, si este choca con los huesos de la pelvis materna.
Durante el embarazo, ponte siempre el cinturón
Los expertos en seguridad vial lo tienen muy claro: por la salud de la madre y el bienestar del feto, lo mejor es llevar siempre puesto el cinturón.
Colócatelo entre los senos y, lo más bajo que resulte posible, sobre las caderas, teniendo la precaución de que bajo ningún concepto la parte abdominal del cinturón suba hacia tu vientre. De lo que se trata es de evitar daños en la criatura que se está desarrollando.
Recuerda nuestros consejos y que actualmente en el nuevo Reglamento General de Circulación, las conductoras embarazadas no están exentas de ponerse el cinturón.
No lo dudes: por muy abultada que tengas la barriga, ¡ponte siempre el cinturón!