El problema de la contaminación en las grandes ciudades se ha acentuado en este último año, hasta tal punto que en algunas, como Madrid, se ha tenido que aplicar una serie de medidas, dentro del Plan de Calidad del Aire, consistente en la disminución de la velocidad a 70 km/h en la M-30, la prohibición de aparcar en las zonas azules o verdes o las restricciones en la circulación.
Pero ahora se ha subido un peldaño más en esta lucha constante contra las emisiones contaminantes de los vehículos: la instalación, a partir de junio, de radares capaces de detectar en tiempo real los vehículos que se encuentran circulando por sus vías y superen los límites de partículas contaminantes.
¿Cómo funciona este radar?
Aunque a este dispositivo se le denomine radar, en realidad, no lo es. Este aparato emplea un sistema de teledetección RSD+, que puede ser capaz de detectar mediante técnicas ópticas, con rayos infrarrojos y ultravioletas de baja intensidad que analizan con fiabilidad, a una cierta distancia del tubo de escape, las concentraciones de monóxido de carbono, monóxido de nitrógeno, dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno. Todos ellos son gases causantes del efecto invernadero.
¿Cuáles son los objetivos que se persiguen con la implantación de estos dispositivos?
Estos aparatos han sido desarrollados en España por CARTIF, empresa de Valladolid y cuyo objetivo principal es el de medir el mayor número posible de vehículos, para que se proceda a la reparación de los más contaminantes. Esto contribuirá a una disminución considerable de los niveles de polución de la capital e implantarlos posteriormente en ciudades que padezcan este mismo tipo de problema.
Además, se pretenden identificar a los automóviles con averías que afecten a sus niveles de contaminación y terminar con la picaresca de la anulación voluntaria de las válvulas EGR o filtros de partículas. Se sancionará a los infractores.
