La DGT pretende endurecer el proceso de obtención del carnet de conducir después de que, por segundo año consecutivo, 2017 se haya cerrado con un incremento del número de fallecidos al volante. Si en 2005 se registraron 1.131 muertes por accidente, en 2017 la cifra final fue de 1.200. Un incremento del 6 por ciento en solo 2 años.
Cifras preocupantes que rompen la tendencia iniciada hace 12 años raíz de la entrada en vigor del carné por puntos, hecho que ocurrió el 1 de julio de 2005. Una nueva situación ante la que el Gobierno quiere reaccionar endureciendo las pruebas para la obtención del permiso de conducir. A esta nueva realidad se llegará elaborando un plan de educación vial y aprobando una nueva ley de tráfico.
El ejecutivo considera que para volver a la senda del descenso en el número de fallecidos por accidente de circulación resulta vital la formación. Porque aunque cueste creerlo, hoy en día el 26 por ciento de los siniestros está directamente relacionado con los excesos de velocidad. Las distracciones representan el 32 por ciento de los casos y la aparición de la somnolencia el 12 por ciento. Aunque lo más sorprendente es que el 4 por ciento de los fallecidos en 2017 en turismos o furgonetas no llevara correctamente puesto el cinturón de seguridad.
Para revertir la tendencia de los dos últimos años, la educación sigue siendo más necesaria que nunca. La nueva ley de tráfico incorporará sanciones de mayor dureza para quienes excedan los límites permitidos de velocidad o conduzca bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Finalmente, se va a llevar a cabo una revisión de los exámenes; se endurecerán, siempre con el objetivo de reducir los índices de siniestralidad en las carreteras y de salvar el mayor número de vidas que sea posible.
