Conducir con lluvia una motocicleta es una acción que puede entrañar algunos riesgos si no se extreman las precauciones. El agua sobre el asfalto reduce la seguridad vial y genera peligros adicionales a los que hay que estar atento, ya que de lo contrario habría una probabilidad elevada de sufrir un accidente.
La lluvia obliga a ralentizar la velocidad y los movimientos. Si el asfalto está mojado, hay que conducir más lento y con mucho cuidado a la hora de realizar las maniobras. Conviene anticiparse a los giros para no tener que inclinar demasiado el ciclomotor, y de esta forma reducir notablemente el riesgo de caída.
Hay que evitar las frenadas bruscas, puesto que en ese caso hay muchas posibilidades de que la moto patine y se pierda el equilibrio. Evitar los charcos y, muy importante, no pisar las líneas del trazado ni tampoco las alcantarillas, ya que resbalan, son otras claves a tener en cuenta.
La distancia de seguridad es fundamental
Otra de las precauciones importantes que hay que tomar al conducir una motocicleta si está lloviendo es aumentar la distancia de seguridad respecto al vehículo de delante. Sobre mojado aumentan las distancias de frenada, una maniobra que se vuelve más complicada. De ahí que si hay distancia suficiente, habrá más margen de maniobra en caso de contratiempo.
Se aconseja equiparse siempre con una buena chaqueta y pantalones impermeables, ya que conducir empapado además de ser molesto, puede dificultar la conducción. Es importante comprobar que las luces funcionan correctamente y señalizar cada maniobra que se vaya a realizar con mucha antelación.
Dejar un poco abierta la pantalla del casco o utilizar un pin lock ayuda a evitar que se empañe con el vaho, lo que puede llegar a reducir considerablemente la visión. En definitiva, ser prudente y conducir con mucha precaución.