La rutina diaria a la hora de conducir un vehículo hace que se adquiera cada vez más confianza, que el conductor se relaje y se acostumbre a él. Por esta razón, muchas personas adoptan malos hábitos al volante que no solo pueden afectar a su seguridad vial y a la de otros provocando accidentes, sino al estado del vehículo, ya sea un coche, una moto, un camión...
Malos hábitos más comunes
Uno de los malos hábitos más comunes entre los conductores, sobre todo de aquellos que acaban de obtener el carnet de conducir, es el de golpear los neumáticos con los bordillos de una acera o con columnas a la hora de estacionar el coche. Esto provoca que las ruedas y llantas se resientan, ya que no están preparadas para recibir golpes laterales, sino para soportarlos cuando se va en marcha y se topa de manera inesperada con un bache en la dirección que va el vehículo.
De este modo, es posible deformarlas y desgastarlas prematuramente, teniendo que cambiarlas antes de tiempo. Para que esto no produzca tanto daño en los neumáticos y carrocería, sería conveniente poner un pequeño trozo de gomaespuma o similar en las columnas de la plaza de garaje para amortiguar el golpe. Respecto a los golpes con bordillos, es necesario estar más atento y ser mucho más cuidadoso si es necesario subirlo, haciéndolo de manera perpendicular a la rueda para que esta no sufra tanto.
Otro de los hábitos más usuales que tienen los conductores cuando se van de vacaciones es dejar su vehículo estacionado en la calle durante muchos días en un mismo lugar. En verano, el coche se calienta tanto que la carrocería se puede estropear. Es por eso, que se debería dejar el cuidado del vehículo a un familiar o amigo que lo mueva de sitio cada día.