El Ayuntamiento de Valencia ha hecho efectiva su apuesta por la conducción sostenible con la adquisición de 37 vehículos de baja contaminación para su parque de autobuses urbanos. De hecho, dos de ellos son completamente eléctricos, mientras que el resto utiliza motores diésel-eléctricos, es decir, son híbridos.
Esta compra se enmarca dentro del proyecto 'Valencia Ciudad Inteligente', que trabaja por la gestión sostenible e inteligente de los recursos de la capital valenciana hasta el año 2020. El proyecto prevé la reducción en un 24% del consumo de energía en la ciudad, con lo que se ahorrará la emisión de 8.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. También responde al compromiso adquirido con otras ciudades españolas con 'Electrobús': el proyecto para reducir el consumo energético y el impacto ambiental de sus autobuses.
El coste más elevado de un vehículo híbrido de estas características, con respecto a otros de motorización diésel o de gas natural -el coste de esta inversión ronda los 10 millones de euros-, se ve compensado por un ahorro del 25-30% en el consumo de combustible. Estos autobuses cumplen con la normativa de emisiones Euro 6, por lo que sus emisiones contaminantes serán 12 veces menores que las de los vehículos de tipo Euro 2. Además, cuentan con un sistema de recuperación de energía en frenada que permite reducir el consumo de combustible en un 3%.
En cuanto a los autobuses de emisión cero, será la primera vez que Valencia cuente con un vehículo eléctrico en su flota municipal de transporte. Alimentados por una batería de sodio-níquel de 376 kWh que le proporciona 230 kW (313CV), tendrán una autonomía de 250 kilómetros. Un paso más en la conversión de las flotas municipales hacia el transporte sostenible.
