El viento es uno de los elementos más peligrosos que se puede encontrar cualquier conductor sobre la moto. Esta peligrosidad radica en su carácter racheado e imprevisible, y la reacción del motorista depende de la fuerza del viento, de donde sople y del tipo de carretera por la que circula, sin olvidar situaciones críticas como los adelantamientos a vehículos pesados que actúan de pantalla y modifican completamente las circunstancias.
Por norma general, la clave para lograr una conducción segura en días de viento cuando se tiene el carnet A, es coger fuerte el manillar con las dos manos y dejar algo de “libertad” al tren inferior, lo que evitará que la motocicleta se desplace por el carril. Si el viento sopla de cara, el piloto debe acoplarse al máximo posible bajo la cúpula, y si es lateral es recomendable que además levante ligeramente los hombros y la cabeza por donde sopla el viento. Estas recomendaciones valen para la conducción de cualquier tipo de moto (carnet A, carnet A1 y carnet A2)
Velocidad y previsión
La velocidad también influye considerablemente en la fuerza del viento, así que es mejor levantar el pie y reducir incluso una o dos marchas para que sus efectos sean menores. La previsión también es muy importante y no basta con comprobar la situación meteorológica antes de partir. A la hora de cambiar de carretera, por ejemplo de una completamente cerrada a una abierta, hay que ser previsores y saber que el viento soplará con más fuerza.
Las copas de los árboles, los arbustos que haya en la cuneta o la mediana, las balizas o cualquier objeto, sirven de referencia para saber en todo momento la fuerza y dirección del viento. Si la carretera es de doble sentido, el piloto debe saber que cada coche con el que se cruce supone un nuevo golpe de aire. Finalmente, hay que asegurarse de que las alforjas y el equipaje están bien sujetos para no perderlos por el camino.