El líquido refrigerante o líquido anticongelante es uno de los elementos que no tiene que faltar en tu coche. Este, es el responsable de mantener la temperatura del motor en sus niveles óptimos. Seguro que alguna vez has visto que este líquido tiene un color llamativo y que no es el mismo para todos los coches. ¿Tienen algún significado? En este artículo te resolvemos las dudas.
Para entender esta diferencia de colores es importante saber que el líquido refrigerante está compuesto por un por un porcentaje de agua destilada y otro de anticongelante, entre otros aditivos que evitan la corrosión en el circuito de refrigeración. Por tanto, la diferencia del color del líquido refrigerante depende del grado de mezcla entre anticongelante y agua destilada, es decir, según el porcentaje que lleve de cada uno de sus componentes, será rosa (50% agua destilada y 50% anticongelante), verde (60% agua destilada y 40% anticongelante), azul (70% agua destilada y 30% anticongelante) o amarillo (80% agua destilada y 20% anticongelante).
Realmente no hay problema, todos cumplen con su función de absorción de calor, elijas el color que elijas, aunque es cierto que el de color azul es el de mejor calidad por su absorción. El rosa es el refrigerante más común y el azul es el que suelen llevar los coches de altas prestaciones.
Es importante no mezclar varios colores de líquido refrigerante
Cuando el nivel del líquido refrigerante del vehículo esté bajo y quieras rellenarlo, ten en cuenta que debes respetar el color del líquido que lleva tu coche, nunca lo mezcles con otro color.
Si tu coche lleva el líquido refrigerante rosa, debes rellenarlo con líquido rosa, de mezclarlo con otro color podrías provocar problemas en el sistema de refrigeración a la larga, como la aparición de la oxidación.
Si no usas mucho el coche, lo más habitual es que se cambie el líquido cada cuatro años aproximadamente, si lo usas con frecuencia recuerda que se suele sustituir cuando se hace el cambio de la correa de distribución, que es a los 100.000 kilómetros o si tu vehículo tiene cadena de distribución el cambio se producirá a los 200.000 kilómetros.
En relación con el precio, dependiendo de la marca y del color que utilices, una botella de cinco litros va desde los 25 hasta los 50 euros.
