El uso del claxon es necesario para evitar accidentes, aunque el mismo se usa en demasía, sobre todo en atascos, lo que puede derivar en multas. Por ello, en este post hablaremos de las 3 excepciones que tienen el uso de este elemento y cuándo está permitido.
El uso del claxon para evitar accidentes
Hoy en día podemos ver que los conductores usan el claxon en exceso y fuera de la ley, yendo más allá de lo recomendado para la salud. De hecho, la ciencia establece que los bocinazos del tráfico son de los factores que mayores impactos causan en la salud de las personas, así como también son culpables del 80 % de la contaminación acústica de las grandes ciudades.
Este uso del claxon queda regulado por el artículo 100 del Reglamento General de Circulación, en el que se permite su uso de forma excepcional o cuando esté prevista por alguna norma de circulación de tráfico, pero siempre que se produzca por una buena causa. No obstante, como el claxon es usado más mal que bien, destacamos los tres supuestos en los que sí podría usarse.
3 Excepciones que permiten el uso del claxon
El primero de ellos corresponde a la premisa de evitar accidentes y en las vías estrechas con muchas curvas; el segundo es para advertir al conductor de otro coche que será adelantado siempre y cuando se produzca esta situación fuera de poblado; y el tercero, para advertir la presencia del vehículo a los otros usuarios de la vía en casos de urgencia, algo que puede combinarse con las luces de emergencia. En cambio, sí incurrirían en multas el uso del claxon sin motivo reglamentario o por no obedecer las señales acústicas del momento.
El uso del claxon debe llevarse a cabo de acuerdo con la legislación vigente para evitar accidentes y multas innecesarias.