Desde principios de año, la Dirección General de Tráfico puso a disposición de los conductores etiquetas medioambientales para distinguir los vehículos más contaminantes de aquellos que no producen emisiones.
La nueva Ley de Cambio Climático busca reducir la contaminación en las grandes ciudades, pero, a pesar de que en algunos lugares ya no se permite la circulación de ciertos vehículos, según datos de INE, el 75% de los vehículos en España siguen utilizando combustible, dato que se aleja de los objetivos marcados por la Unión Europea para una transición a las cero emisiones para luchar contra el cambio climático.
Como marca la ley, los ayuntamientos de los núcleos de población superior a 50.000 habitantes deben delimitar las llamadas Zonas de Bajas Emisiones por las cuáles no podrán circular aquellos vehículos que se consideren contaminantes. Es cierto que esta medida todavía no está en marcha en la mayoría de las ciudades, pero en Madrid y Barcelona ya está en vigor.
La DGT dispone de varias etiquetas medioambientales que llevan el distintivo A, B, C, “0 emisiones” o ECO, siendo esta última los coches híbridos y la “C” la más contaminante. Estas etiquetas permiten identificar a los vehículos según sus niveles de emisiones y, por tanto, son obligatorias para circular dentro de las Zonas de Bajas Emisiones y de no hacerlo puede suponer una multa del consorcio municipal.
A partir de 2024, los coches más antiguos son los que más problemas van a tener a la hora de circular por el interior de las ciudades. Hasta ahora, los vehículos con la etiqueta “C” no podían circular por el centro de Madrid y Barcelona, pero se pretende que a partir del 1 de enero tampoco lo hagan los que lleven la etiqueta “B”.
Se espera que muchas ciudades españolas pongan en marcha la zona de bajas emisiones. Además, se espera que esta medida se aplique a las ciudades de más de 20.000 habitantes. Las medidas podrían afectar a más de 8 millones de vehículos que ahora circulan por las carreteras españolas.
