Las personas que necesitan furgonetas pueden acudir al mercado habitual o adquirir un modelo de segunda mano.
Según las necesidades del usuario, comprar una furgoneta usada suele ser una excelente alternativa. Quien es novato en la conducción se siente más tranquilo al llevar una de segunda mano, ante el riesgo mayor de accidentes que la inexperiencia acarrea.
Además, estos vehículos suelen devaluarse pronto: en seguida aparecen versiones más avanzadas, por lo que los ahorros en estos modelos ya usados suelen ser muy importantes. Por otra parte, los concesionarios de ocasión no suelen pedir un anticipo, lo cual facilita la adquisición enormemente.
Otras ventajas importantes de comprar furgonetas de ocasión son disponer de ellas con una revisión obligatoria bien realizada -si no, no estarían a la venta-, invertir menos en la puesta en marcha de un negocio y evitarse trámites engorrosos, de los cuales se encargan los propios concesionarios de segunda mano.
Recomendaciones para comprar una furgoneta usada
Existen ciertas precauciones antes de tomar una decisión al respecto de adquirir un vehículo usado.
Comparar precios
Conviene informarse y conocer los precios de los modelos que interesan. De este modo es posible comparar modelos de ocasión entre sí y tener claro qué ahorro supone la adquisición respecto a esa misma furgoneta nueva.
Examinar el chasis
Si el vehículo ha recibido un fuerte impacto, ya no funcionará perfectamente. El análisis de la chapa y la pintura no ayuda a saberlo, pero sí el del chasis: siempre quedan señales en forma de soldaduras, cortes o abolladuras en los que es imprescindible fijarse.
Verificar la documentación
No se debería comprar una furgoneta usada sin haberse asegurado de que tiene en regla todos sus papeles: no está de baja, ni embargada, ni tiene la ITV caducada, por ejemplo.
Además, realizar una prueba de conducción y pedir a un mecánico de confianza que las chequeen garantizan el acierto a la hora de la compra.