Actualmente, es buen momento para llenar hasta el tope el depósito de nuestros vehículos, ya que según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio del litro de gasóleo se sitúa en 0,957 euros, es el dato más bajo registrado desde finales de 2009, sigue así abaratando su precio y cuesta un 11,3% menos que hace un año.
En el caso de la gasolina, su precio se sitúa en una media de 1,13 euros el litro, manteniéndose de esta forma, prácticamente estable con respecto a los precios de hace un año.
La mayoría del parque automovilístico español usa gasóleo. Este combustible suele ser más barato, entre otras cosas, porque soporta menos impuestos. Además, es el combustible que compran los transportistas y que, tradicionalmente, se vinculaba a motores de menor consumo. El uso mayoritario del diesel ha sido una tendencia europea, ya que durante años los Gobiernos apoyaron más este tipo de motores, aunque ahora, ante la evidencia de su mayor contaminación, comienzan a ponerle trabas.
Muchos conductores tienen en cuenta esta diferencia de precio entre gasolina y diesel a la hora de adquirir un vehículo. Sin embargo, lo que más se debería valorar en estos casos es el uso que se va a hacer del coche.
Los últimos estudios hablan de que el 80% de los ciudadanos europeos no hacemos más de 50 kilómetros diarios y eso nos lleva a que no realizamos más de 15.000 kilómetros al año. Así que en la mayoría de los casos y pensando en que un diesel suele costar alrededor de 2.000 o 3.000 euros más que su equivalente de gasolina con la misma potencia, tendríamos que recorrer alrededor de 20.000 kilómetros, como mínimo, para compensar ese coste extra.
