Existen numerosos diseños de rotondas, aunque, en todas ellas, los conductores deben seguir las mismas normas de seguridad vial. Sin embargo, lo cierto es que todavía es posible ver a conductores que no respetan estas normas elementales, por desconocimiento o porque han olvidado muchas de las normas que en su día aprendieron para sacarse el carnet de conducir.
A continuación, se destaca una serie de puntos orientativos para circular correctamente por una rotonda:
- La preferencia en una glorieta siempre corresponde a los vehículos que ya se hallan circulando dentro de ella, por lo que, antes de entrar, hay que cederles el paso.
- No se ha de tomar la salida desde el carril del interior. Siempre hay que situarse con la suficiente antelación en el carril de la derecha.
- Si el conductor va a salir por la primera salida a la derecha o seguir recto, tendrá que circular, preferentemente, por el carril derecho. Por el contrario, cuando el conductor vaya a salir por el carril de la izquierda o realizar un cambio de sentido, se incorporará a la rotonda por el carril de la derecha; para, después, cambiarse, paulatinamente, al de la izquierda; y, finalmente, de nuevo, tendrá que situarse con precaución en el carril derecho para tomar la salida.
- El intermitente solo ha de accionarse cuando se vaya a salir de la rotonda o para indicar un cambio de carril dentro de ésta.
Con la idea de reducir las colisiones laterales en las rotondas, ha llegado a España un invento originado en Holanda, las turborotondas. Se distinguen de las convencionales en que los carriles están separados por líneas continuas, por lo que, en función de la salida que el conductor desee tomar, ha de incorporarse a la glorieta por el carril adecuado, ya que, una vez dentro, no podrá cambiarse de carril.