Todos debemos estar preparados ante la posibilidad de sufrir una avería del coche o de la moto, pues se trata de una situación imprevista y en la que la prioridad consiste en evitar peligros. En consecuencia, conviene tener en cuenta determinados consejos de seguridad vial, los cuales se estudian en la autoescuela para conseguir el carnet de conducir.
Primeramente, notar la avería ha de conllevar una disminución progresiva de la velocidad. Habrá que acercarse a las zonas que menos entorpezcan la circulación y detener el vehículo. Si la avería es leve, se puede conducir hasta un área de descanso; en caso de que sea grave, habría que detenerse si es posible, fuera del arcén. Una vez allí, se apaga el motor y se activa el freno.
Si lo dejamos en el arcén, el resto de usuarios de las vías ha de advertir la presencia del vehículo averiado (coche o moto), por lo que habrá que encender las luces de emergencia. Acto seguido, el conductor ha de bajar del coche con el chaleco reflectante enfundado y colocar los triángulos de señalización (uno delante y otro detrás) en vías de doble sentido. En las de un sentido, solo deberá situar uno detrás del vehículo. Como no existe la obligación de llevar estos triángulos para conducir motocicletas, sus conductores habrán de extremar las precauciones (sobre todo, con la indumentaria), ya que la moto también es menos visible para el resto de usuarios de las carreteras. El triángulo debe estar ubicado antes de curvas y cambios de rasante.
Después de colocar los triángulos, hay que quedarse en una zona segura. Por ejemplo, detrás del guardarraíl.
Por último, se ha de comunicar la incidencia, por vía telefónica, a la compañía aseguradora. En caso de avería más severa, se ha de avisar a la Policía o Guardia Civil. Por tanto, resulta importante llevar el teléfono móvil con suficiente carga.
En definitiva, deben observarse con seriedad las medidas relativas a averías en carretera.