El pasado 17 de julio se aprobó el Real Decreto 667/2015 por el que se modifica el Reglamento General de Circulación en lo que se refiere a cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil homologados.
En primer lugar, la reforma responde a la necesidad de regular que todos los dispositivos de seguridad en el vehículo para niños que se utilicen a bordo deberán estar homologados. Además, éstos deberán usarse según las instrucciones que haya facilitado el fabricante, donde se debe indicar de qué forma y en qué tipo de vehículos se pueden utilizar los dispositivos de manera segura para sus ocupantes. Este cambio en el Reglamento General de Circulación se debe a que actualmente existen en el mercado unos sistemas de retención infantil que deben colocarse en el sentido de la marcha y otros en el sentido contrario, por lo que no puede haber una regulación única para todos ellos, lo que hace necesario que para garantizar la seguridad y correcta utilización se deben seguir las instrucciones del propio fabricante.
Además de estos cambios, se ha aprovechado para incorporar en el artículo otras especificaciones orientadas al lugar que deben ocupar los menores en el vehículo.
De esta manera, cualquier menor de edad, de estatura igual o inferior a 135 cm, deberá ir sentado en los asientos traseros, ya que éstos suelen ser los asientos más seguros para reducir la gravedad de las lesiones en caso de accidente. La única excepción para que un menor pueda ir sentado en el asiento delantero es que el vehículo no tenga asientos traseros, éstos ya vayan ocupados por menores en las mismas circunstancias o bien que no sea posible la colocación de sistemas de retención homologados en los asientos traseros. Sólo si se da alguna de estas tres opciones, podremos colocar al niño en el asiento delantero, pero siempre con el sistema de retención adecuado para su talla y peso. Estos cambios del Reglamento General de Circulación entrarán en vigencia a partir del próximo 1 de octubre de 2015.
Lo que se pretende con estas medidas es reforzar la seguridad de los más pequeños, que son los más vulnerables en caso de accidente o incluso pequeños golpes, por lo que toda precaución es poca cuando su vida está en nuestras manos.