El ecodriving, o conducción ecológica, es una forma de conducir que reduce el impacto ambiental, disminuye el consumo de combustible y ayuda, en cierta manera, a cuidar el planeta. Este estilo de conducción promueve prácticas muy simples que podemos adoptar para contribuir a la sostenibilidad y a la reducción de emisiones contaminantes. Sigue leyendo este artículo y toma nota:
Una de las principales claves del ecodriving es evitar las aceleraciones y los frenazos bruscos. Una aceleración y desaceleración suave ayuda a mantener una velocidad constante y, por tanto, a reducir el consumo de combustible. También es recomendable cambiar de marcha a revoluciones bajas, ya que esto optimiza el uso del motor y reduce las emisiones.
Mantener una velocidad moderada y estable es otro aspecto esencial del ecodriving. A velocidades altas, el consumo de combustible aumenta de manera exponencial. Por ejemplo, conducir a 120 km/h en lugar de 100 km/h puede incrementar el consumo hasta un 20%. Reducir la velocidad y planificar las rutas para evitar atascos también ayuda a disminuir las emisiones.
La presión adecuada de los neumáticos es un punto a tener en cuenta también, ya que los neumáticos desinflados incrementan la resistencia y el consumo de combustible. Revisar la presión de las llantas regularmente y asegurarse de que estén en buenas condiciones no solo mejora la eficiencia, sino que también garantiza una conducción más segura.
Finalmente, es recomendable apagar el motor si el coche está detenido más de un minuto, en caso de largas esperas o semáforos. Mantener el motor encendido consume combustible innecesario y genera emisiones.
El ecodriving no solo beneficia al planeta, sino también al conductor, ya que ahorras combustible y reduce el desgaste del vehículo. Adoptar estas prácticas de conducción sostenible es un pequeño paso hacia un futuro más ecológico y menos contaminante.
