A medida que la población envejece, la conducción a partir de los setenta años se convierte en un tema crucial que requiere atención y reflexión. Es cierto que la experiencia acumulada a lo largo de los años puede hacer que los conductores mayores sean más prudentes, pero también es verdad que el envejecimiento puede afectar ciertas habilidades necesarias para conducir un vehículo de manera segura.
Uno de los desafíos a los que se enfrentan los conductores de edad avanzada es la disminución de la agudeza visual. La visión desempeña un papel fundamental en la seguridad vial, y cambios como la reducción de la visión periférica o la dificultad para ajustar la vista a la oscuridad pueden afectar negativamente la capacidad de conducción. Por esta razón, es esencial que los conductores mayores realicen exámenes oftalmológicos periódicos y utilicen gafas o lentillas, según sea necesario.
Otro factor a considerar es la velocidad de reacción, que tiende a disminuir con la edad. La capacidad para tomar decisiones rápidas en situaciones de tráfico intenso o imprevisto puede verse comprometida. Por lo tanto, es crucial que los conductores mayores mantengan una velocidad adecuada y eviten situaciones de riesgo innecesarias.
La actualización constante de conocimientos sobre las reglas de tráfico y las nuevas tecnologías también es fundamental. Muchos conductores mayores pueden beneficiarse de cursos de actualización, así como comenzar a familiarizarse con las características de seguridad avanzadas presentes en los vehículos modernos, como sistemas de frenado automático o alertas de cambio de carril.
La comunicación y la atención entre familiares y amigos también desempeña un papel esencial. Es importante que aquellos cercanos a los conductores mayores estén atentos a posibles signos de deterioro en las habilidades de conducción y aborden el tema de manera comprensiva y respetuosa. En algunos casos, puede ser necesario considerar alternativas de transporte o limitar la conducción a ciertos horarios o situaciones específicas.
María José Aparicio, subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, apunta que, en 2022 en España, el 27% de los fallecidos en accidente de tráfico eran mayores de 65 años y las cifras se podrían llegar a agravar si no hacemos nada para reducir los riesgos. Conducir no es una tarea fácil, de media se toman quince decisiones cada minuto mientras se conduce. El en caso de los conductores mayores esa toma de decisiones puede ser todo un reto porque las vías, señales y flujos de tráfico están pensados para un conductor medio, no para una persona con dificultades o rigidez en el cuello, artrosis en las manos o con cierta lentitud en sus comportamientos al volante.
Para paliar estos riesgos y reducir el porcentaje que comentaba la subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, se está valorando poner en marcha lo que llaman carreteras autoexplicativas o ‘perdonantes’ que eviten accidentes y reduzcan las consecuencias de estos en caso de que ocurran. Por ahora, ambas infraestructuras son una apuesta de futuro más que una realidad.
Invertir en infraestructuras o en un coche más seguro mientras se adapta el tipo de conducción a las limitaciones propias de la edad puede hacer que las personas con edad avanzada disfruten de la carretera por mucho tiempo, porque no olvidemos que la seguridad en la conducción no depende exclusivamente de la edad, sino del estado de salud, el comportamiento durante la conducción y el cumplimiento de las normas de tráfico. Teniendo en cuenta todo esto, la DGT nos informa de algunos trucos que los veteranos no deben olvidar si deciden ponerse al volante:
- Chequear la salud de forma regular.
- No salir sin planificar la ruta.
- Prestar atención a las maniobras.
- Tomar nota de las fechas y horas críticas.
- Reciclarse y actualizarse.
