Todas las empresas, independientemente de su actividad, están cada día más concienciadas de la necesidad de promover acciones que minimicen los riesgos de sus trabajadores y, dentro de estos, se encuentran los concernientes a la seguridad vial laboral.
En este sentido, las medidas de seguridad deben recoger también los desplazamientos que se realizan tanto en misión, como in itinere, en vehículo privado, ya que, según datos estadísticos, más del 30% de los accidentes mortales de trabajo suceden en tráfico y, alrededor del 11% de los fallecidos en accidentes de trafico, ocurren en trayectos laborales, incluidos los in itinere.
De este modo, es fundamental que cada empresa tome las medidas oportunas para minimizar esos riesgos, elaborando un plan que los evalúe y determine y promulgando las consiguientes medidas de seguridad vial laboral.
Así, una de las primeras medidas a adoptar es la formación del personal, con una temática que incluya los factores de riesgo propios de cada uno de los tipos de desplazamientos, tanto de carácter laboral como vacacional e, incluso, conocimientos sobre el mantenimiento del propio vehículo.
Los beneficios para el trabajador son inmediatos, con una reducción del riesgo de accidentes, lo que genera una actitud más positiva, al estar trabajando en una empresa preocupada por su seguridad y que le proporciona las herramientas adecuadas para sentirse más seguro.
Por su parte, la propia empresa también se ve claramente beneficiada, con una reducción en las pérdidas derivadas de los accidentes, una disminución de las horas laborables, una rebaja en los seguros y en los costes operativos y consiguiendo, a su vez, una mejora en el uso más efectivo de los vehículos y, por supuesto, un aumento general de la reputación de la empresa.
En definitiva, la incorporación de cursos de seguridad vial a una empresa le reportará beneficios a esta y a sus trabajadores, tanto a nivel económico como humano.
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