Todo el mundo coincide en algo: pasar la ITV no es el procedimiento más divertido del mundo, pero, eso sí, es necesario. La ITV, es decir, la Inspección Técnica de Vehículos, es un procedimiento por el cual debe pasar cualquier vehículo con tal de garantizar que está en correcto estado para poder circular por la vía pública.
A partir del 1 de junio, sin embargo, ha entrado en vigor una revisión del Manual de Procedimiento de la ITV; un texto donde se han incorporado una serie de cambios para adecuarse a la inspección técnica de los vehículos. En concreto son tres los puntos que cambian ligeramente:
- La gravedad del defecto del no funcionamiento del ABS (Sistema de Antibloqueo de Frenos, en su traducción en castellano) cambia. A partir de ahora, que el sistema de antibloqueo de frenos presente algún tipo de fallo pasa de ser leve a, directamente, grave.
- Un cambio similar sucede con los espejos retrovisores; a partir de ahora, el posible desprendimiento de estos también se considerará como grave.
- Por otro lado, a partir de junio también se establece la posibilidad de comprobar los datos del permiso de circulación de forma telemática por medio del Registro General de Vehículos de la DGT, algo que puede suceder en caso de que el documento se nos haya olvidado y no lo hayamos presentado en la correspondiente estación ITV.
Cabe recordar que los defectos graves generan un rechazo de la inspección y, por tanto, inhabilitan al vehículo para circular. Ante esta situación, habrá que trasladarlo al taller para, posteriormente, someterse de nuevo a la inspección en un plazo no superior a dos meses.
Por otro lado, los nuevos cambios en la ITV tienen efectos en los vehículos británicos a consecuencia del Brexit. A partir de ahora, los vehículos procedentes de Reino Unido que se quieran matricular en España con posterioridad a diciembre de 2020 se considerarán vehículos procedentes de terceros países, es decir, países que no pertenecen al Espacio Económico Europeo.
Por último, se mantienen los cambios introducidos ante la aparición de la COVID-19. Así, y para reducir las posibilidades de contagio, la lectura OBD (el sistema que permite diagnosticar chequear el estado del coche) seguirá quedando limitada a determinados vehículos.
