Cuando se obtiene el carnet de moto se está en disposición de llevar vehículos de dos ruedas, pero para hacerlo con la máxima garantía conviene tomar una serie de precauciones que son básicas desde el punto de vista de la seguridad vial.
Es importante llevar unas buenas gafas de sol porque conducir sin ellas puede resultar muy complicado. El sol deslumbra, los ojos se cansan y el peligro de accidente se hace cada vez mayor.
Lo que conviene es optar por gafas que no sean de cristal. Por lo tanto, para evitar problemas graves en los ojos hay que buscar un material que no se astille en el caso de que se produzca un inesperado impacto. Las mejores son las de policarbonato, por ser un plástico muy resistente.
Son importantes las lentes y también la montura. Lo mejor es elegir una de plástico o de pasta, que sea ergonómica y que resulte envolvente y ligera.
Huir de las gafas de sol metálicas
Las que hay que evitar son las de metal, porque en caso de accidente algún trozo podría clavarse en la cabeza del piloto o en cualquier otra zona de su cuerpo, lo que representaría un serio peligro.
Las lentes que están totalmente contraindicadas son aquellas que se empañan. Hay que evitarlas porque su uso serviría únicamente para agravar el problema que suelen plantear los cascos de moto con visera al empañarse.
Lo que se recomienda es utilizar gafas que lleven un tratamiento contra el vaho, porque de esta forma se gana mucho en seguridad.
Y por supuesto, es fundamental rechazar las imitaciones en el momento de elegir unas gafas para moto. Lo inteligente es comprar unas que estén homologadas y que, por lo tanto, lleven la inscripción CE en la montura. Las de imitación suelen entrañar peligro porque no protegen bien de los efectos de los rayos ultravioletas.