La Navidad se acerca y con ella aumentan las reuniones, cenas y celebraciones con amigos, compañeros de trabajo y demás allegados. Son días, por lo general, de excesos, pero si bien es verdad que hay que disfrutarlos en la medida de lo posible, no hay que olvidar el mensaje tantas veces repetido por la DGT: "si bebes, no conduzcas".
Es una advertencia repetida hasta la saciedad por los expertos en seguridad vial y, sin embargo, las carreteras se llenan de accidentes provocados, en la mayoría de los casos, por el consumo de algún tipo de sustancia que merma las capacidades y habilidades de los conductores, tanto de los poseedores de carnet A como B.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la DGT en 2015, el 39 % de los conductores fallecidos en accidentes habían consumido alcohol, drogas o ambos antes de ponerse al volante. Estas alarmantes cifras indican que casi uno de cada dos accidentes con resultado de muerte podría haberse evitado de no haber consumido ninguna sustancia.
Por tanto, es importante tener en cuenta, si se sabe que se va a beber, que es mejor tomar un medio de transporte alternativo (como el taxi o transporte público), pues tan solo una copa es suficiente para que la capacidad y atención en la carretera disminuya. Un pequeño despiste puede derivar en invadir el carril contrario y un impacto a 80 km/h da como resultado una alta probabilidad de muerte o lesiones irreversibles que, en el caso de las motos por su especial vulnerabilidad, suele acabar con el fallecimiento del conductor.
Cabe indicar, no obstante, que como viene siendo habitual, la policía intensificará los controles en estos días de celebraciones especiales, para intentar impedir que aquellos que circulan correctamente se encuentren con un fatal desenlace debido a otro conductor que se excedió antes de coger su vehículo.
